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Al finalizar los estudios de educación media, todos los jóvenes nos enfrentamos a una importante decisión: estudiar o no estudiar. Y si decidimos continuar estudiando una carrera universitaria, el problema se torna mucho más complejo: ¿qué carrera estudiar? Ante este interrogante, la solución podría parecer muy sencilla, pues alguien nos podría decir que estudiemos una carrera relacionada con lo que nos gusta, mientras otro nos propondría estudiar algo que dé bastante plata. Sin embargo, esto no se debe tomar tan a la ligera y es necesario que tengamos varios elementos en cuenta a la hora de decidirnos por una carrera en particular, como los gustos, las habilidades, los imaginarios sociales, el pénsum de la carrera, entre otros, así que veamos con más detenimiento a qué nos referimos con cada uno.
Claramente, en la etapa de colegio uno como estudiante se suele identificar más con algunas materias que con otras o con algunos profesores más que con otros. Así, algunos disfrutan más de las clases de Física, mientras que otros disfrutan más de la de Lenguaje, pero los de allá se sienten mejor en Ciencias Sociales. No obstante, el hecho de sentirse bien en una materia no siempre implica que uno tenga talento para ella, sino que puede obedecer a la metodología del profesor, por ejemplo. En esta medida, es posible que nos guste mucho una materia en particular, pero que no nos vaya tan bien como esperamos y por más preparación que dedicamos a ella, sentimos que definitivamente «no nos entra». De esta forma, es necesario que el gusto por una materia en particular se acompañe de cierta destreza para lo que esta implica, si se quiere dedicar la vida a estudiar y poner en práctica algo que la involucre, pues de lo contrario, seguramente nos estrellaremos en la universidad y terminemos abandonando nuestros estudios.
Asimismo, algo que suele influir en nuestra decisión a la hora de elegir una carrera profesional es el imaginario social, es decir, eso que la mayoría de las personas piensan sobre tal o cual profesión; por ejemplo, es claro que las carreras de Medicina o de Ingeniería gozan de mayor prestigio social que la mayoría de las ciencias humanas, de tal manera que se cree que las personas dedicadas a estas profesiones tienen un estatus más alto. Sin embargo, ¿será que las personas que endiosan determinadas profesiones y miran con recelo otras conocen el pénsum de cada una?, ¿será que saben qué implica estudiar una u otra?, ¿estarán enteradas de toda la preparación que deben tener los estudiantes para poder obtener su título? Estas personas, probablemente, solo ven el resultado, pero no logran dimensionar el proceso. El problema de esto, es que nos creemos el cuento de que debemos estudiar determinada carrera sin conocer las implicaciones, lo que nos puede llevar a tomar una decisión errada y frustrarnos en el futuro.
Ahora bien, las cosas no siempre son lo que parecen y, sobre todo, cuando se trata de carreras universitarias que requieren de años de preparación. Más allá de lo que uno como simple observador pueda ver en una persona que practica cierta profesión, hay una realidad que desconocemos y que suele diferir de los imaginarios sociales. Así las cosas, cuando vemos a un médico ejerciendo su profesión, no sabemos que tuvo que repetir dos materias porque eran muy complejas; o que tuvo que trasnochar estudiando cientos de días; o que debió hacer un Servicio Social Obligatorio; o que, a pesar del imaginario, le fue bastante difícil conseguir un trabajo en el que pudiera desempeñar su profesión. Cada carrera, sea cual sea su especialidad, tiene ciertas implicaciones que es conveniente conocer para tener un panorama más acertado de aquello a lo que nos enfrentamos, por lo que es recomendable consultar el pénsum de la carrera y conversar con personas que ya la hayan estudiado, para que nos cuenten su experiencia y resolver posibles dudas que tengamos.
Por último, como ya se puede adivinar, resulta supremamente importante informarse sobre la carrera universitaria que pensamos estudiar, para lo cual es muy útil el pénsum que las universidades suelen tener disponibles para consulta, en los que se sintetizan todos los contenidos de la carrera. Así, es posible que identifiquemos que la carrera que pensamos estudiar implica materias que nunca nos han gustado y en las que no somos muy habilidosos. Por ejemplo, que queramos estudiar Física, cuando en el colegio nunca nos gustó ni nos fue muy bien en Matemáticas, pues en el pénsum de esta carrera se pueden ver varias materias relacionadas directamente con la Matemática. En esta medida, conocer el pénsum de la carrera que queremos puede ayudarnos a aclarar los contenidos y, a partir de esto, saber si estamos dispuestos a enfrentarnos a materias que sabemos que no son de nuestro agrado o para las que no somos muy buenos, por lo que tendríamos que hacer un esfuerzo mayor. Asimismo, además de la revisión del pénsum, es importante informarnos sobre el campo laboral de la carrera, de manera que también seamos conscientes de lo que podemos esperar cuando obtengamos el título.
Así pues, la invitación es a informarnos de diferentes maneras sobre la carrera que queremos estudiar, de modo que podamos hacernos un panorama general de las implicaciones académicas, en relación con nuestros gustos y destrezas, pero también de las posibilidades laborales que el estudio de esta carrera nos proporcionará.
Escrito por: Paulo César Rico Gutiérrez
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