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Esta es una pregunta que se plantean muchos jóvenes en la etapa final de su educación media: ¿Elijo una carrera que me guste o una carrera con la que, en un futuro, pueda generar muchos ingresos?, en otras palabras, ¿Debería estudiar por vocación o por dinero? Ante esta cuestión, siempre hay personas que aconsejan carreras que, en el imaginario colectivo, son más rentables que otras, por lo que, si le comentas a algún familiar que no sabes si estudiar Filosofía o Ingeniería Electrónica, sin pensarlo dos veces, te recomendará la segunda.
Sin embargo, esta es una decisión que compromete todo el futuro, no solo el económico, por lo que es necesario tener en cuenta otros factores aparte de la rentabilidad, como lo personal, es decir, los gustos y las habilidades; y lo relacionado con lo laboral, o sea, el campo de acción que tiene la carrera. Lo ideal sería estudiar por vocación y que esa carrera sea rentable.
En la película india 3 Idiots (3 idiotas), del director Rajkumar Hirani, se plantean algunos aspectos que atañen a las razones que deben orientar la elección de carrera y se propone como idea guía que, si se siente pasión por lo que se estudia, independientemente de la naturaleza de la profesión, se logrará también tener éxito en términos económicos. Este planteamiento, si bien puede ser un poco romántico, tiene gran parte de verdad, pues al estudiar por vocación, se tiene mayor probabilidad dehacer las cosas muy bien, lo que con seguridad llevará a que dicha carrera comience a dar frutos económicos.
En el artículo de la revista Semana ¿Qué estudiar? Estas son las profesiones mejor pagas en Colombia, publicado el 29 de mayo del presente año, se ilustra un escalafón de las carreras más rentables en la actualidad en nuestro país, el cual encabeza la carrera de Medicina, seguida por Gerencia comercial y de mercadeo en el campo médico, Derecho y afines, Matemáticas y afines, y, para sorpresa de muchos, Filosofía. Aquí, señor lector, se presentan tres cuestionamientos relacionados con los tres aspectos arriba mencionados: ¿será que todas las personas que estudiaron la carrera de Medicina en nuestro país tienen empleo y, además, gozan de un salario acorde con sus expectativas?, ¿será que todos aquellos que estudiaron la carrera de Medicina y están ejerciéndola son felices con lo que hacen?, ¿será que eligieron estudiar por dinero?
La respuesta a estos interrogantes conduce a una idea bastante simple: si bien existen ciertas tendencias en el mercado laboral, no es posible hacer generalizaciones, pues es común escuchar a amigos y familiares refiriendo la historia del hijo de doña señora que estudió Medicina o Derecho y ahora debe manejar un taxi.
No siempre estudiar por vocación es rentable, ni estudiar por dinero es tener un futuro asegurado.
Con respecto a la primera pregunta, se podría decir que, aun cuando se decida estudiar la carrera más rentable, nada asegura que se logre conseguir empleo y que este sea bien remunerado; para lograrlo, valga anotar, ayuda mucho que se tenga talento para lo que se estudió. Pero el talento, generalmente, suele depender de la pasión que se tiene por el campo de estudio elegido, lo que significaría que, además de mayor probabilidad de éxito, el disfrute por la labor que se desarrolla traería felicidad y satisfacción personal, lo cual se relaciona de manera estrecha con la segunda pregunta, que se enfoca en el aspecto personal.
En relación con esto último, hay que tener en cuenta que la carrera que se elige estudiar, probablemente, se va a ejercer si no por el resto de la vida, sí por un buen tiempo, lo cual puede sonar un poco abrumador. Siendo esto así, imagínese el lector haciendo toda la vida algo que no le gusta porque decidió estudiar por dinero; lo más seguro es que mire el reloj a cada momento del día, que salte de alegría cuando llegue el viernes, que entre en depresión cuando se acabe el domingo, que su único sosiego sea la quincena y que viva muy confortablemente, pero a qué precio. Ahora, imagínese el caso contrario, haciendo toda la vida algo que le genera gran placer, que le apasiona, pero cuyos ingresos no son tan altos; en este caso, sus comportamientos dependerán de si estos ingresos, aun cuando bajos, logran suplir todas sus necesidades. Si lo hacen, se estará en un estado de tranquilidad, disfrutando de la labor que se desempeña; si no lo hacen, probablemente se maldiga al autor de este artículo que no fue contundente al decir: ¡Estudia por la maldita plata!
Encontrar el equilibrio entre estudiar por vocación o por dinero
Como se puede notar, la elección de carrera involucra diferentes aspectos que no son necesariamente excluyentes. De manera natural, alguien puede sentir gran pasión por la carrera de Medicina y decide estudiar por vocación, en este caso, contó con mucha suerte, pues se puede dedicar a algo que disfruta y es bien remunerado. Pero también alguien puede sentir gran pasión por una carrera que se presenta como poco rentable en el mercado, por lo que decidirse por ella puede ser un poco más complejo.
Sea cual sea el caso, es necesario partir siempre del aspecto personal, es decir, de aquello que produce mayor pasión. Después de identificar esa pasión, es bueno analizar el aspecto laboral, qué se quiere hacer con esa pasión: enseñar, investigar, ayudar a otros, crear. Para luego ponderar la rentabilidad, pues es menester ser consciente de las oportunidades económicas que se pueden esperar en determinado campo y las expectativas que se tienen para un futuro.
Paulo César rico Gutierrez
Filósofo
Magister en Hermenéutica Literaria
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